miércoles, octubre 03, 2007

ESCAPARATE DE FACESITTING (UNA FANTASÍA CONVERTIDA EN RELATO)













































































































































































































Apenas era consciente de cuándo había comenzado ella su andadura como Ama (así, por lo menos, la llamaban sus "clientes"). Quizá su carrera comenzó el día en que su jefe, sabedor éste de las penurias económicas por las que atravesaba debido a su hipoteca, le propuso a cambio de una "cantidad extra" por productividad que en la oficina, cuando el resto de empleados se había ido, usara la cara de él como asiento.


En principio se negó, pero al ver su cara desolada y triste, y pensando también en que no había sexo por medio (tal y como él le había asegurado); y, como no, pensando en lo muy bien que le vendría aquel "extra", aceptó la proposición.


Llevaba una falda negra y unos pantys negros, pero que dejaban traslucir sus siempre hermosas piernas. Su jefe, en extraña postura, se arrodilló, echó la cabeza hacia atrás, y la apoyó en su cómodo y caro sillón de ejecutivo. Quedó así su cara boca arriba. Dubitativa, ella se subió un poco la falda para estar más cómoda, y poco a poco fue dejando caer su culo en el rostro de su jefe.


Se sentía extraña y quizás algo incómoda. Pero, al poco, parecía disfrutar de aquella posición de dominio con su jefe. Le encantaba ver cómo su jefe, ante los momentos de falta de aire debido al peso de sus nalgas, movía frenéticamente la cabeza con movimientos cortos debido al peso de ella, en busca de un hilo de aire que le permitiese respirar. En esos momentos, ella levantaba un poco su trasero, y él aspiraba mediante un jadeo el poco de aire que ella le permitiese. Al momento, ella volvía a dejarse caer sobre su cara, y así fueron pasando los minutos.


Ahora ya no lo hacían en su oficina para no levantar comentarios insidiosos por parte de los empleados. Lo hacían en la casa de ella. También, y de vez en cuando, él le rogaba si podía traer a algún amigo con los mismos deseos de ser aplastados por ella. Como cada uno aportaba una cantidad considerable para su "hipoteca", aceptaba a esos invitados. Jamás había sexo, ni jamás ninguno se sobrepasó. Eran gente de buen ver y saber estar que sólo deseaban satisfacer esa fantasía a cambio de un dinero que a ella no le venía nada mal.


Gracias a esos ingresos ella podía vivir desahogadamente, decorar su casa y comprarse elementos de vestuario, tanto para disfrute de ella como, en algunas ocasiones, de sus "invitados".


En una café informal con su jefe, éste le había comentado que esa fantasía se denominaba en inglés facesitting, o sentadas en cara, por traducirlo de modo literal. Y que era una de las muchas vertientes de la dominación femenina. Al principio, a ella le resultó todo un tanto extraño. Jamás había oído hablar de facesitting, dominación femenina o BDSM.


Pero como quiera que su jefe y resto de los amigos que venían a casa eran para ella buenas personas, empezó a entender que lo que buscaban en ella quizás no lo podían obtener en casa. Y se vio como una mujer que se limitaba (y esto no es poco) a satisfacer esas reprimidas fantasías sanas que tenían esos maduritos señores (aunque otros no fueran tan maduros, y estaban hasta apetecibles para ella).


A base de respuesta-error, y a medida que iba conociendo a su jefe y sus amigos, y leyendo algo sobre esos temas, fue desarrollando una escenificación para aquellas fantasías en su casa. Las escenas las estrenaba con su jefe, y si le gustaban, pues entonces las ponía en práctica con los otros.Notaba como aparte del facesitting, les encantaba cierta dosis de humillación y sumisión ante ella. Para ellos, ella era una Diosa a la que había que suplicar cualquier atención sobre ellos.


Ese día iba a estrenar una escena, y extrañamente, rogaba para que a su jefe le gustara. Le estaba entrando ferozmente el gusanillo de la dominación. Al sonar el timbre de su puerta, ella estaba en bata y zapatillas que dejaban sus dedos al descubierto. Una vez él dentro, ella le ordenaba que besara el anillo que tenía puesto en uno de los dedos de su pie izquierdo. Sólo el anillo. Él disfrutaba con aquello, le hacía sentirse inferior a ella, y al tiempo que besaba el anillo de su pie, también sus labios rozaban su dedo y su uña bien pintada y arreglada. Este preámbulo siempre era constante. A los dos les encantaba.


Seguido venía lo nuevo de hoy. Le hizo andar de rodillas tras ella a uno de sus cuartos. Ante él se alzaban distintos maniquíes de lencería femenina que ella había adquirido para aquella ocasión. Eran sin tronco y cabeza. Sólo eran para mostrar pantalones, faldas, bragas, medias y pantys. Cada maniquí llevaba un atuendo puesto y un precio a su lado. El más barato era un pantalón vaquero desteñido y finito (200 euros), y el más caro un pantalón corto de latex negro y brillante del que colgaba un cartel con el precio de 1000 euros. Entre medio había maniquiés con bragas, pantys, faldas y pantalones de cuero, etc. En total se contaban ocho maniquíes con sus respectivos modelos. Lucían muy sexys en aquellos culos de resina, pero ella sabía que en su culo lucirían de escándalo.


Elige el que más te guste y puedas pagar cerdo. Sabes que son 10 minutos. Ni uno mas, y a lo mejor, puede ser alguno menos. Como me apetezca a mí hoy. Ella podía ver su cara de humillación y felicidad al mismo tiempo, mientras a cuatro patas iba deleitándose con aquellos complementos que lucían aquellos maniquíes. Tal y como ella esperaba, él ladró como el perrito que era ante ella, para dar a conocer su elección: el más caro de la gama.


Seguidamente, sacó el pantalón corto de latex del maniquí y en otra habitación se cambió. Cuando ella salió luciendo lo que antes llevaba el maniquí, él se quedó como loco. El culo de su Ama era el culo perfecto, el culo 10. Una vez posado el cogote en el nuevo sillón de su casa, ella procedió a sentarse sobre su cara. Mientras esto ocurría, y para mayor humillación de éste, él debía, con toda la incomodidad que le era posible, sacar la billetera del bolsillo, intentar sacar el dinero pactado y ofrecérselo a ella, mientras ésta hablaba por teléfono con una amiga.


Iban a ser los 10 minutos más placenteros de toda su vida.

lunes, octubre 01, 2007

L A R A ... domination

RELAJANTE VIDEO DE DOMINACIÓN ERÓTICA. TODO ES MUY SENSUAL. LA IMAGEN DE ELLA SENTADA EN SU TRONO ES SIMPLEMENTE... ESPECTACULAR. UNA MONERÍA DE VIDEO.