





Ya en mi adolescencia, las visiones sobre dominación y sumisión continuaron. De tal modo, que determinadas escenas de la vida cotidiana se filtraban en mi mente como imágenes de mis fantasías. Así, por ejemplo, cuando en aquellos tiempos veía en un parque un limpiabotas, abrillantando los zapatos o botines de una mujer (solía ser en el parque de Santa Catalina y mayormente a extranjeras que venían en cruceros marítimos), mi corazón latía con una fuerza inusitada y me imaginaba ser yo aquel limpiabotas.
Recuerdo una escena en que una prima bastante mayor que yo, forcejeaba con un subordinado en su trabajo por un error grave que éste cometió. Mi prima le fue retorciendo el brazo hasta hacerle doblar las rodillas, y le ordenó besar los zuecos que ella llevaba puestos. Para mí la escena era el súmum.
En mis primeras visitas a los cines que exhibían películas eróticas (época de transición política en España), siempre me quedaba de toda la película con las imágenes de chicas con ligueros y medias negras, zapatos de alto tacón o botas. Y si se veía alguna imagen de BDSM siempre era muy light, pero para mí era como beber del cielo. Recuerdo especialmente tres películas: una española (mala como el demonio) que se titulaba "En busca del polvo perdido", protagonizada por un icono sexual de aquella época, como era Eva Lyberten. En una de las escenas ella era una secretaria que durante la jornada de trabajo era la sufrida secretaria de un tirano jefe. Pero cuando se iban los empleados, ella, fingiendo quedarse más tiempo para terminar el trabajo, se transformaba en una dómina que con los atuendos típicos (botas negras, fusta, corsé, etc) humillaba y castigaba a su jefe, haciéndole lamer sus botas e ir a cuatro patas como un perrito, fustigarle suavemente y hasta mearle encima. esta escena me impactó bastante y confirmaban cuál iban a ser mis tendencias sexuales. El resto de la peli no me importaba, polvos y demás posturas sexuales incluidas. Ni de ésta ni de las demás películas. Sólo me interesaban las imágenes y escenas que tuvieran que ver con lo que hoy conozco por BDSM. Pero en esta peli en concreto sólo gocé con las imágenes de dominación y humillación. La escena del fustigamiento apenas me excitaba.
Otra peli que recuerdo fue la de Made in America (creo que así se llamaba). Se trataba de una película tipo documental.De las escenas que recuerdo sólo un par de ellas tenían que ver con el BDSM: una de masters con vestidos de cuero y cadenas y otra en la que se veía a una chica prácticamente desnuda darle latigazos a un hombre que estaba atado a una especie de banco. No me gustó mucho la escena porque era muy violenta para mi gusto, pero me abrió más los ojos sobre las variopintas formas de llevar una vida sexual.
La tercera peli era una italianada cuyo título no recuerdo, pero sí me agradó mucho porque se veían varias escenas de dominación y sumisión: una era la visión de una hermosa mujer morena puesta en pie sobre una cama y un señor que tumbado boca arriba le besaba con profusión y deseo sus pies. En otra se mostraba a una señora joven de buen ver y vestida de recién casada que tenía apoyado su pie calzado con los zapatos blancos de boda sobre los genitales de su recién estrenado marido. Creo recordar que en otra se veía algo de scat, pero como eso no me gusta nada de nada, pasó ante mis ojos sin pena ni gloria.
A nivel de publicaciones escritas, una revista que comparaba mucho era LIB, otro icono sexual de finales de los 70 y principios de los 80. De esta publicación semanal, recuerdo un artículo con fotos donde relataba un día cotidiano de un ama (en la persona de una actriz erótica española de la transición política española del momento llamada Susana Estrada) con su esclavo (un periodista de LIB). Me dejaron alucinando. No sé ni cuántas veces me masturbé viendo aquellas fotos. También de esta revista me gustaban los relatos pseudo reales que a veces trataban de la dominación femenina.
Como podéis ver por lo mí escrito hasta ahora, mi camino estaba ya medio marcado. No hice otra cosa que seguir su sendero. El deseo de sumisión ante una mujer me producía en el campo sexual una excitación tal que ni el mejor polvo ni la mujer más guapa de alguna peli o revista me producía.
Otra cosa que hacía mucho en aquellos tiempos era imaginar a chicas guapas de revistas enfundadas en trajes o bikinis de cuero y con botas altas negras. Mi mente empezaba a trabajar sin yo poder evitarlo.
Una última cosa que no quiero dejar en el tintero referente a esta época. Ya en algunos sexshops se podía comprar revistas, sobre todo inglesas y americanas, relacionadas con el BDSM. Yo compraba las que podía en función de mi economía del momento. Todavía estudiaba en la facultad y vivía con mi madre en su casa. Mi padre había fallecido (una gran padre y mejor persona por cierto) y mis hermanos se habían independizado de alguna u otra manera. Estas revistas que comparaba las escondía en lo alto de mi ropero o en otros lugares más inaccesibles. Pero mi madre, que para la limpieza era una campeona, las veía en alguna que otra ocasión y las hacía desaparecer. Jamás me preguntó por ellas ni yo tampoco las daba por perdidas o extraviadas. Era como un pacto tácito. Nunca preguntó, pero tampoco criticó.
Ya estoy algo cansado de escribir y escudriñar en mi memoria por hoy. Espero no cansar a quien algún dia pueda leer estos artículos mios. Mi estilo no es nada bueno y seguro que nada entretenido, pero mi fin último es transmitir el contenido de una parte de mi vida. Espero que pueda servir de algo para alguien. Por lo menos a mí me ha servido.