domingo, abril 08, 2007

GUSTO COMPARTIDO CON OTRO ESCLAVO DE LA RED
































































































































































































































































































































































































































































































































































































Como me gustaría, que me hiciera esperarla en casa a su llegada arrodillado en la puerta esperando a mi ama, a mi dueña. Y usted, al llegar cansada, se tirara en el sofá a descansar. Yo me preocuparía de atenderla bien, hacerle más placentera su estancia en casa; y después arrodillarme ante usted esperando sus deseos frente a sus muslos blancos, suaves, tibios. Usted pasa su mano hacia arriba por sus vellos recortados prolíjamente; moja sus dedos con su flujo y los acerca a mi boca. Yo saco la lengua para lamer sus dedos, y me dice que no me he ganado el honor de saborear su néctar, que debo rogarle. Ya estoy de rodillas y le pido por favor que me permita lamer sus dedos, saborear el líquido de su fuente... sentir su olor a hembra, su olor a Ama. Usted pone sus dedos en mis labios y yo los lamo con entusiasmo. Luego se los lleva a su vagina y comienza a masturbarse frente a mí. Yo trato instintivamente, de acercarme a lamerla y pone su zapato alto en mi pecho diciendo: "no te me acerques aún..."

Siento clavarse su tacón en mi pecho, pero no me atrevo a moverme. Usted se masturba lentamente, mirándome fijamente a los ojos, preguntándome: "¿te gustaría lamerme, esclavo?"

"Si ama, es lo que mas quiero". Usted está a punto de llegar a su orgasmo y me toma por el cabello, enterrando mi cara en su sexo. "Lame esclavo, succióname, chúpame...", se queja, gime, grita...

Quiere sentir placer. Yo succiono su clítoris como un chupete, sin soltarlo. Mientras, sin que se dé cuenta, introduzco dos de mis dedos en su vagina, y comienzo a masajearla por dentro haciendo un movimiento como de "ven a mí" , masajeando su punto G. Sin dejar de chupar su clítoris, oleadas de placer recorren su cuerpo;. usted se estremece en un orgasmo increíble; cruza sus piernas por detrás de mi cuello y me atrapa en el maravilloso universo de su sexo femenino, en mi nueva cárcel de la que nunca querré escapar.

Esta será mi tarea siempre: darle placer sin esperar recompensa. Este día sólo me premió con su prenda interior impregnada de sus jugos. Dormí a su lado, procurando no tocarla para no interrumpir su descanso después de esos orgasmos extenuantes, pero feliz de poder dormir con el olor de mi Ama invadiéndome toda la noche; y excitado por la cara de placer que me permitió presenciar. Espero mañana tener mejor suerte. Sólo depende de su voluntad.

A sus pies...

Su esclavo.

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