jueves, febrero 15, 2007

¿QUE ES EL BDSM?














































Una relación BDSM, para ser sana, tiene que ser considerada por ambas partes como un juego, nunca como algo más. Que sea un juego no significa que sea algo banal. Un juego puede ser una forma muy seria de relacionarse con los demás, supone el someterse a unas reglas, aceptar la naturaleza de los propios deseos, la necesidad de transgredir el convencionalismo, la puesta en escena de las propias obsesiones y fantasmas. Y la forma suprema del juego puede dar lugar al Arte. Pero nada más.

Afortunadamente la esclavitud humana hace mucho tiempo que fue erradicada de nuestra cultura. Hoy nadie es dueño ni siervo de nadie y cada uno debe hacerse cargo de su propia vida como adulto responsable. Y dentro de ese ejercicio de libertad personal está la posibilidad de admitir el deseo de "pertenecer a alguien" como forma erótica sublime, canalizando dicho deseo en forma de un sano juego de rol. Si sabes que estás jugando voluntariamente y que controlas la situación, sigue adelante. Si, por el contrario, crees que el juego llega demasiado lejos, te domina psicológicamente, te impide desarrollar otros ámbitos de tu personalidad...mejor detente y háblalo con tu pareja.

El otro aspecto a considerar muy seriamente es el carácter estrictamente sexual de la relación sadomasoquista. Sé que muchos estarán en profundo desacuerdo, que muchos desprecian el intercambio sexual como forma de interrelación AMA/sumiso, etc... Sin embargo, creo sinceramente que si privamos a la relación BDSM del estímulo erótico, una relación BDSM se convierte en una relación de explotación emocional patológica. Muchas personas interesadas en el BDSM parecen desinteresadas por el sexo. Mucho juego BDSM (películas, sesiones en directo etc...) carecen de escenas sexuales. Algunas veces, la actitud de algunas Amas y/o sumisos con respecto al sexo me recuerda a las malas relaciones que los inquisidores o santas vírgenes tuvieron con la entrepierna. Pero el deseo sexual está ahí y reconocer que está en el origen de nuestras tendencias es el primer paso para establecer una relación sana. Hago referencia a sexual y no a erótico intencionadamente: deseo dejar muy clara la naturaleza fisiológico-hormonal del origen de la motivación por dominar o ser dominado. Naturalmente, dicho origen da lugar a un comportamiento genuinamente humano: se comparte con otros, se convencionaliza, en definitiva se cultiva. Y el erotismo no es más que el sexo convertido en cultura. El carácter erótico del BDSM nunca debería ser olvidado por quienes lo practican. "Pegar a alguien porque me excito sexualmente haciéndolo" es mucho mas sano que hacerlo porque "así demuestro todo mi poder". "Dejo que me humillen porque me pone caliente" es mucho mejor que hacerlo como forma de conseguir un afecto o atención que, de otra forma, no sabes conseguir.Que una relación BDSM esté fundamentada en el sexo, no significa que obligue a un intercambio sexual permanente de las personas implicadas en la relación. Suele ser una práctica habitual que el Amo decida cuando la sumisa puede o no obtener el orgasmo. Ello es perfectamente sano si se sabe dosificar: es una forma de aumentar el deseo de la persona sometida. Además, nada es más placentero que utilizar el cuerpo de alguien para el propio placer sin la necesidad de corresponderlo de inmediato y de forma obligatoria, como parece sugerir la moderna gimnástica sexológica. Sin embargo, tal práctica comporta el compromiso implícito de que la persona sometida acabará siendo autorizada a correrse o gratamente sorprendida con un orgasmo regalado por su amante. Y naturalmente, dicho orgasmo será mucho más gratificante para ambos que la repetición mecánica de una obligación contraída de mutua satisfacción.



(Texto interesante extraído de "Información BDSM).

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